Bases metodológicas
- NORBERA MEMORIA 2023
- Enfoque desde la globalidad
- Interpretación
- Trabajo conjunto
- Educación integral
- Educación en valores
Enfoque desde la globalidad
El enfoque global sugiere no intervenir de manera focalizada sobre un conflicto concreto, sobre todo por evitar la problematización y terapeutización del/la adolescente, ya que las situaciones problemáticas no pueden ser consideradas ni abordadas a nivel general como síntomas de una patología más o menos manifiesta, sin negar la realidad de su posible existencia.
Entendemos que muchos de los comportamientos conflictivos que se dan en el/la adolescente y las consecuencias que estos desencadenan, corresponden a un proceso de búsqueda de identidad en el que todo está interrelacionado.
Por ello, la intervención que se plantea aborda el conjunto de elementos que componen la realidad del/la adolescente, tanto desde un punto de vista personal como familiar, social, académico, laboral,... Es decir.
Las conductas de riesgo que con frecuencia se producen entre los/as adolescentes suelen responder a importantes funciones psicológicas y sociales en torno a las cuáles debe orientarse también la prevención. Las campañas de prevención que se basan exclusivamente en el rechazo de dichas conductas de riesgo sin proporcionar otras alternativas a la conducta que se quiere prevenir, resultan incompletas.
Los estudios epidemiológicos realizados con adolescentes encuentran como factores de riesgo: la pobreza, la ausencia de normas y límites, la discriminación, las oportunidades para incurrir en conductas problemáticas y la exposición a modelos negativos, la indefensión, la baja autoestima, el consumo de alcohol y drogas y el fracaso escolar.
Como factores amortiguadores del riesgo que reducen significativamente el efecto negativo de los anteriores están: la calidad de la escuela, la calidad de la vida familiar, el acceso a recursos positivos para el ocio y otras actividades informales, la disponibilidad de la ayuda de los adultos, los modelos de conducta positiva, la existencia de límites y de procedimientos de control sobre las conductas de riesgo, la motivación de eficacia, la valoración de un desarrollo positivo, el rechazo a las conductas de riesgo y la participación en grupos de iguales de orientación constructiva.
En función de las estrechas relaciones observadas entre las distintas condiciones y conductas de riesgo, los mejores programas preventivos son los que permiten optimizar el estilo de vida global. Esto equivale a mejorar la calidad psicosocial de la vida de los/as adolescentes, para lo cual suele ser importante también llevar a cabo transformaciones en el ambiente en que dichos/as jóvenes se desarrollan.