Norbera y el verano
Mientras que a lo largo del curso escolar el trabajo se nos presentacomo algo cotidiano e incluso rutinario, los veranos en Norberasiempre son un punto y aparte. El curso escolar nos marca en granmedida el ritmo de nuestra intervención, de nuestras actividades, denuestras coordinaciones, de nuestro que hacer cotidiano. No esnecesario remarcar que en Norbera en su mayoría son escolares losadolescentes que atendemos. El verano es otra cosa, es un tiempo en el que los santos peregrinan,iniciándose en San Juan, en San Fermines, en Magdalenas, un sinfínde noches mágicas que atraen a los adolescentes en la búsqueda deesas vivencias que sean significativas en su proceso deautonomización. Esos adolescentes que pasan de estar agotados, se convierten enauténticos maratonianos con ganas de fiesta.La negociaciones familiares se multiplican,,,, los horarios, eldinero, las compañías. Las vacaciones familiares se convierten en elcaballo de batalla y en la moneda de cambio de muchas familias. Y entre todo este universo de exigencias, hormonas olorosas yexpectativas ilusorias, se encuentra la clara convicción de Norberade mantenernos presentes en el día a día de estos adolescentes y susfamilias.Una de las herramientas más importantes que disponemos, es nuestracreatividad para poder generar espacios de interacción. Laexperiencia acumulada nos impulsa a poner el acento en la creación delos espacios como la verdadera herramienta para poder ser agentes decambio, sin menospreciar los contenidos. Queremos compartir con vosotros la creación para este verano 2015 de los talleres y espacios de relación, que se implementarán a la cartera de servicios deNorbera, como una clara apuesta de evitar el rol pasivo en el que enocasiones se acomodan los adolescentes. Adolescentes acostumbrados arecibir, a que se les dé, a demandar…..
Por un lado el taller de afectividad y relaciones de pareja, en el que puedan reflexionar sobre la pareja,los valores, los sentimientos positivos y negativos que se generan, la comunicación.
Un taller del conocimiento, donde se habilitara un espacio para incidir en la ardua tarea de aprender a aprender.
Y un tercer taller práctico de trabajo Familia-cocina. Si hay un espacio que representa simbólicamente a la familia ese es la mesa. La mesa donde se degustan los ricos alimentos que cubren de afecto y de armonía nuestras relaciones.Son varios los objetivos que nos proponemos: Promover la comprensión de la familia, mejorar su percepción, lograr la aceptación y reconocimiento. Paralelamente el elaborar una receta conlleva la adquisición de habilidades que potencien su autoestima y su proceso de autonomización.
El espacio residencial nos posibilita crear unos lazos de vinculación y un espacio de convivencia.
Y por último,,,las actividades de tiempo libre, en las que aprovechando los espacios cercanos que nos brinda la ciudad conseguimos disfrutar con los Norberos/as.
Comentarios
Escribe un comentario